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3/08/2017

8 de marzo.

     Ocho de marzo, día internacional de la mujer. Movilizaciones, anuncios en los medios de comunicación, menciones en clase, el trabajo, en casa... ¿Y qué se oye mucho? Feliz día de la mujer. Pero, ¿por qué se nos felicita por este día? ¿Es algo, realmente, de lo que deberíamos estar orgullosas?
     Realmente sí, porque si existe, significa que en la sociedad somos conscientes de que debe hacerse un día que señalice un pico sobresaliente en eso, en la mujer y en el cambio que se pretende conseguir. Sin embargo, mucha gente no parece entenderlo. Esta mañana, en mi clase, hablando del día que hoy celebramos, oigo a un compañero decir "¿Y por qué no hay un día del hombre?". Sinceramente, he tenido que morderme la lengua para no decirle todo lo que me ha cruzado la cabeza en ese momento, por respeto a la profesora. Pero, ¿qué pregunta es es? ¿Quieres saber por qué no hay un día del hombre, en serio...?
     Para empezar, porque este no es un día de celebración, sino de reivindicación de la posición social que actualmente juega la mujer. No hay un día del hombre porque este no se ve afectado negativamente como la mujer; somos nosotras las que sufrimos la desigualdad salarial, somos nosotras las que seguimos sometidas al yugo masculino, somos nosotras las que sufrimos acoso y maltrato por parte de los hombres, somos nosotras las menospreciadas e infravaloradas.
     ¿Que esto no lo hagan mujeres a los hombres? ¡Por supuesto que no! Las mujeres no somos ningunas santas, y habrá casos, por supuesto que sí, de todo lo que he mencionado anteriormente es posible que haya casos. Aunque seamos sinceros, ¿cuántos casos así conocemos? Yo de momento no he visto en las noticias ningún hombre que haya muerto a manos de su mujer, ni ningún varón que haya sufrido una paliza a manos de su pareja femenina, y solo he visto UN caso de trabajo en el que los hombres ganen menos que las mujeres, y es en la profesión de modelo.
     La desigualdad se da en todos los casos, claro que sí, pero hoy por hoy, el que más afectado se ve es el que está más a favor de los hombres. Una encuesta que nos ha mostrado mi profesora hoy en clase preguntaba si se ha alcanzado a día de hoy la igualdad entre ambos sexos. Sería bonito decir que sí y que fuese cierto, ¿no? Sin embargo, pese a que había un porcentaje que afirmaba esto, debo desmentirlo; la igualdad no ha existido, y en realidad estamos bastante lejos de conseguirla.
     Sí, sí, hemos avanzado mucho, teniendo en cuenta lo machista que era la sociedad en siglos anteriores, y lo celebro. Sin embargo la igualdad aún nos pilla un poco lejos, y seguirá estándolo a menos que se cambie esto desde la raíz. Porque no podemos simplemente igualar los sueldos, equilibrar las labores del hogar o los derechos. También debemos llevar a cabo un giro bastante radical en el pensamiento, y para que esto pueda ser posible, hay que empezar en los más jóvenes, en los niños y las niñas, porque son ellos los que el día de mañana decidirán el rumbo social.
     Somos incapaces de hacerles ver a los niños que hombres y mujeres son iguales, somos incapaces de eliminar todos los prejuicios que durante siglos han condicionado las situaciones, superior la del varón e inferior la de la hembra. Para poder lavar esa desigualdad hay que eliminar esos rastros del pasado que nos pesan y no nos permiten avanzar. Ese es el objetivo del día de la mujer, eso es lo que busca conseguir: no solo la igualdad actual, sino provocar que esta se extienda hacia el futuro y que permanezca hasta el final de la sociedad.

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