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12/04/2016

Indignante.

Hay muchas cosas que me indignan, muchísimas, y más aún cuando tienen solución pero nadie hace nada para cambiarlo. Hoy, por ejemplo, leyendo una saga que me encanta, Bloodlines, de Richelle Mead, me he puesto a pensar cuándo podríamos tenerla los fans de esta escritora en español. Fue entonces cuando me he dicho "¿Cómo vamos a tener esta saga si aún no han publicado el sexto de la historia principal, Vampire Academy?". Entonces he cogido los cinco libros que tengo, y me he puesto a comparar sus fechas de publicación. El mayor tiempo transcurrido entre un ejemplar y otro, si no recuerdo mal, ha sido de dos años, entre el cuarto y el quinto. Cuando este ultimo fue publicado, me sentí indignada por el cambio de imagen de su portada; personalmente, nunca me gustó, ni me llegará a gustar. Pero como fan amante de la historia, lo dejé estar, y me conformé con tener el volumen. Aquello me hacía feliz. Pero hay ya dos, casi tres años, de diferencia entre el quinto y el sexto. Entiendo que las editoriales puedan tardar en publicar ejemplares de un país a otro, no sé cómo funcionan exactamente. Sin embargo, investigando he descubierto, con horror, que muchos fans tuvieron que protestar para que el 4º y 5º llegasen a España,  y que es probable que el 6º no llegue, así como Bloodlines. Puedo entender lo de la saga, pero... ¿Dejar una saga incompleta? ¡Me parece indignante! ¡Indignante, queridos lectores! Es gracias a las editoriales que los libros pueden  editarse y publicarse en muchos países, permitiendo al resto del mundo ver las obras de grandes y pequeños autores; ellos han sido, en principio, los encargados de llevar la lectura a muchos más lugares que el país donde vive el escritor. Sé que esto de las sagas incompletas no es algo nuevo, pero siendo algo que realmente acaba de tocarme, soy plenamente consciente de lo que muchos seguidores y amantes de la lectura han debido de sufrir al padecer la misma desgracia que yo ahora mismo. ¿Pero cómo puede ser que las editoriales dejen sagas incompletas? ¿No hay que fomentar la lectura? Que estas empresas comentan actos como estos puede no frenar a los lectores más ávidos, quienes siempre buscarán la forma de encontrar el final de sus amores de papel y letras, pero si se les corta esta forma de leer a los que lo hacen, aunque sea, por entretenimiento, menos gente tendrá el interés en esta gran forma de expresión. ¿Qué se hará entonces? ¿El Ebook, los formatos digitales? Sí, claro, es una solución. Pero hoy en día, la mayoría de la gente usa el teléfono para las redes sociales y pocos más. Hablan de fomentar la lectura, la cultura, pues esta afición no es sino otra cosa que cultura. ¿Y así es como pretenden las editoriales apoyar el negocio que durante años han tenido? De nuevo, sí, los formatos digitales. Pero aún hay muchas personas, entre las cuales me incluyo, que no dudan en gastarse cinco, seis, siete euros más por poder disfrutar del libro en papel, pudiendo oler esa maravillosa fragancia que sus páginas encierran, teniendo a mano siempre a ese amigo que, tenga batería o no el dispositivo electrónico de lectura que se uso, nunca se va a apagar y siempre te va a permitir sumergirte en ese mundo alternativo que tanto encandila a los lectores. Me parece una vergüenza que sean las propias editoriales las que hagan esto. Cada vez, está más claro, el dinero decide cada cosa que se debe hacer. Porque el motivo por el que si no llega finalmente a publicarse será la falta de compradores. Todo, TODO, está regido ahora por la cantidad de inversión y de ganancias. Muy bien, señores. Dejemos que el dinero decida todo, y así nos irá. Indignante, queridos lectores, indignante.

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