Caer en la cuenta.

A lo largo de nuestra vida, hacemos muchas cosas, cientos, miles, todas ellas diferentes unas de otras, que nos gustan, que nos hacen sentirnos vivos, o que simplemente nos entretienen. Pero cuando decidimos llevarlas a cabo, sabemos que es por algo, siempre hay un motivo que nos damos a nosotros mismos, aunque sea "porque me entretiene, y punto". Según pasa el tiempo, seguimos con unas o dejamos otras, cambiamos, etc. Pero siempre están esas acciones que están con nosotros durante mucho tiempo, tal vez ya para siempre; y no me refiero a cosas como... No sé, hacer un crucigrama todos los días en el desayuno. No, no, de lo que yo hablo podría ser leer libros, estudiar, hacer fotos, etc. Son acciones que nos hacen sentirnos bien, y que cuando acabas haciéndolas con frecuencia, se convierten en una rutina, incluso aunque lleves poco tiempo con ello. Sí, sé que puede que haya gente que no lo entienda, pero yo creo que una rutina en este campo no sería algo que haces todos los días, sino que es cuando aceptas ese algo como parte de ti, de tu vida, de tu forma de ser, de actuar. Porque muchas personas no son conscientes de que lo toman como tal, y no es hasta que se paran a pensar en ello que se dan cuenta de que es así, hasta que uno no se dice "esto es mío, es lo que soy y lo que siempre seré" que esto es algo que realmente es tan nuestro como el color de nuestros ojos. Y es algo que me ha pasado. No hace mucho, lo admito, pero sí el suficiente como para saber que es lo que soy, lo que siempre he sido y lo que quiero ser. No es mi única faceta, lo admitiré, pero es algo que me gusta tanto, algo que siento tan mío, que me hace estar tan viva... Es difícil de explicar, pero simplemente sé que lo sé. Es lo que quiero, y lo que me gusta. No hace falta mucho más para caer en la cuenta. ¿O no?