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3/04/2017

Dieciocho.

     Siempre he oído que cumplir los dieciocho años es lo mejor del mundo, consigues la libertad que siempre has querido, la elección plena de tomar las decisiones que quieras, sin verte controlado por otra persona...
     Bueno, debo decir y puntuar que esto no es del todo cierto, pero supongo que con respecto a la tutoría de uno, sí, de forma que no diré nada sobre eso. También he oído siempre que la mayoría de edad confiere esa madurez que tanto queremos. Aunque no sé, yo esta mañana me he levantado igual. Tal vez tenga que asentarse en mi cuerpo... Puede que sea eso. Como sea, el ser ya mayor de edad me hace darme cuenta de que ya puedo tomar las decisiones que quiera, y tendré también que afrontar yo sola las consecuencias que mis acciones tengan. Eso no se dice, ¿eh? Uno tiene que asumir ya totalmente lo que decida hacer.
     Aún así, estoy muy contenta. Llevaba tiempo queriendo tener dieciocho; el pensar que ahora lo que haga me pertenece a mí, para bien o para mal, es un regalo anhelado. Extraño, ¿verdad? ¿Cuánta gente quiere llegar a esta edad para decir que tanto sus aciertos como sus errores son cosas suyas? Poca, estoy segura. Pero yo sí, porque es una de las pocas cosas que realmente sabrás que son tuyas; puedes estar influenciado por otro, pero hagas lo que hagas, eso ya te pertenece a ti, y solo a ti.
     Sin embargo, pese a esta alegría, no puedo evitar sentirme apenada. Mi abuelo, una de las personas a las que más he querido, y querré en mi vida, no ha podido compartir conmigo este gran día, y no puedo evitar pensar en su sonrisa alegre y dulce, llena de esa inocencia y bondadosa, que habría esbozado al vernos a mí y a mi hermana al cumplir esta edad, las pequeñas de todas sus nietas convertidas ya en auténticas mujeres... Pero pienso que siempre estará conmigo. No soy creyente, aunque tampoco me definiría como atea, creo que aún debe de quedar algo de él en este mundo; la buena gente no se va así como así, eso está claro.
     Además, hoy también es un día significativo para mí, porque enseguida seré oficialmente la autora de mi libro, solo me falta ir a registrarlo... Sí, me gusta esta edad, me gustan los dieciocho.

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