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10/24/2016

Criticar.

Todos los días oímos críticas de todo tipo hacia una gran variedad de cosas: la ropa, la escuela, la conducción, la política, las personas... Son ya parte de nuestra vida; prácticamente no podríamos estar sin ellas. El ser humano es crítico por naturaleza, todo lo cuestiona y critica. Sin embargo, en mi día a día hay un tipo que no falta nunca y que detesto enormemente: las despectivas. Sí, sí, críticas despectivas. Tengo diecisiete años, voy al instituto y soy muy diferente al estereotípico que suele regir a las chicas de mi edad. He sufrido muchas de esas, y, desgraciadamente, he escuchado muchas también hacia otros compañeros míos. Lo admito, incluso yo he criticado a alguien en alguna ocasión; sin embargo, hay personas que parece que no saben hacer otra cosa, y encima disfrutan con ello. Pero vamos a ver, ¿es que no hay cosas más importantes que hacer en clase como, no sé, prestar atención en lugar de reírse y criticar tanto a otros? Además, me pregunto yo, ¿qué hay de positivo o gratificante en la burla gratuita y dañina? Mi padre me ha dicho en más de una ocasión que aquellos que más hablan son los que más tienen que ocultar, y yo no podría estar más de acuerdo con él. Sin embargo, esto no afecta a las acciones de esos criticones. Alguien debería hacerles sentir en su propia piel las mismas emociones que ellos en la gente de la que se burlan. Porque muchas personas como yo, saben hacer oídos sordos, e incluso llegamos a sentir pena de la vida tan vacía que deben de tener para encontrar placer en reírse de los demás. Pero muchos otros  sufren. ¡¿Y realmente hay algún tipo de placer en eso?! ¿Pero qué somos, imbéciles? ¿No se da cuenta esa gente de que el día de mañana ellos podrían sufrir el mismo tormento que ahora provocan? Son motivos como estos los que luego vemos en las noticias que han causado tantos trastornos a tantísimos jóvenes. Y yo me he dado cuenta de que esto viene de una cosa: la imagen que la sociedad nos vende sobre cómo debería ser algo o alguien. ¿Por qué no hay más crítica a eso, a esos malditos cánones, a esa idealización sobre cada uno que solo sirven para que tantos otros se burlen de esa minoría que destaca por su diferencia? Eso, queridos lectores, es a lo que se debería criticar, y no a los que son una variedad entre la multitud.

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